El sofá : ese rompe voluntades cómodo y mullido (I)
Una alumna ha pedido ayuda porque continuamente fracasa en el intento de ser disciplinada . Aclaraba que era una tendencia en su vida la falta de moderación. Aunque había etapas en donde había logrado tener un poquito más de disciplina confesaba: " ...ultimamente el sofá me tira mucho (...) y a pesar de saber que leer o hacer yoga me va a hacer sentir mucho mejor, me cuesta ponerme (...)"
En la etiqueta de un sofá deberían de aparecer los peligrosos efectos secundarios que acarrea. Conlleva una serie de hábitos qué incidirán negativamente en quien lo use y no hablo solo del efecto nocivo sobre la estructura corporal . Es evidente que es un destroza lumbares pero lo que no nos damos cuenta es de que es un ladrón. Es un robo a mano armada. Un silencioso ladrón de tiempo y una droga dura que continuamente te atonta y te adormila . Muchas horas de sofá inundan de pereza y anulan las buenas intenciones de cualquiera. Desde el sofá no es fácil "vivir ". Desde el sofá no es fácil cultivar la disciplina ( tapas). El bucle de descontrol ( contrario a bramacharya) se reactiva cada día justo en el mismo momento en el que te tumbas en ese "rompe cuellos " pasivo. La persona que se plantee vencer la pereza necesita romper esa relación tóxica y viciosa con ese gran desalineador .
Para cambiar los hábitos, los cambios tienen que ser reales . Aquí , como siempre, la mentira no sirve .
Un auténtico cambio se va fraguando muy poco a poco. El día en el que uno vence la pereza no es el día en el que la venció sino que fue la suma de los días en los que no pudo superarla y sufrió sus devastadoras consecuencias.
Un cambio auténtico llega por una constante auténtica reflexión . Un cambio entra por la puerta de la consciencia, de la inteligencia .
El cambio llega tanto por actuar en la dirección correcta como por dejar de actuar en las direcciones contrarias a la correcta. La dirección correcta es aquella que me lleva a donde quiero ir. Es importante conocerla y meditarla bien, tenerla clara . No podemos dirigirnos a la dirección correcta si hay demasiadas direcciones opuestas porque en ese caso no somos libres para hacer lo que queremos hacer .
Estudiarse es parte del cambio. No desaparecen los hábitos improductivos que se regaron durante años de un día para otro. Eso es lo que lleva a no conseguirlo una y otra vez . Y es que no puede entrar el hábito correcto en donde todo sigue igual . Para cambiar hay que cambiar de verdad .
Para cambiar hay que estudiarse uno mismo , sin prisas pero sin pausas . Necesitas saber qué es exactamente lo que tienes que cambiar . Estamos rodeados de trampas y hay que ir descubriéndolas porque nos atrapan y no nos dejan hacer lo que queriamos hacer . Y esas trampas nos van convirtiendo en alguien que no habiamos decidido ser .
Empieza seria y contundentemente a moverte en la dirección adecuada para que ello suceda . Hay que sacar poco a poco de nuestra vida lo que nos lleva a comportarnos como seres perezosos. Literalmente eso es una tarea, un "quehacer".
Localiza los aspectos que te llevan al estado de desidia , holgazanería , somnolencia , atontamiento y vagancia en el que has decidido que no quieres estar .
Lo que quieres que haya en tu vida tiene que entrar a diario a través de tí y no puede entrar si lo que hay es otra cosa diferente y contraria.
Una vez localizados, ve analizando cómo sería tu vida sin que estos aspectos te boicotearan ¿Qué podría entrar en tu día a día si esos aspectos salieran? .
Enuméralos por orden según te condenen más o menos . Ten el listado a la vista. Obsérvate sin juicio mientras caigas en sus redes cada día . Escribe con detalles sobre ese momento . Observa en la persona que te convierte y si te gusta esa persona . Atiende : ¿en qué momento del día sucede? , ¿qué lugar ocupan en tu hogar esas fuentes de pereza ? ¿están muy a la vista ? Reflexiona : ¿quien las metió en tu casa? , ¿por qué y para qué ? Analiza ¿ cómo te hacen sentir ? ¿cuánto tiempo exactamente te roban?. Identifícalas y a la primera oportunidad que te ofrezca la vida ve sacándolas una a una de tu espacio habitual
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